Morir en un peaje no es su climax, tampoco poner una cabeza de caballo en tu cama. Eso lo hicieron nuestros predecesores y nosotros lo recordamos el domingo mientras holgadamente escribimos en boxer o saludablemente nos masturbamos. Mas bien la nueva mafia se regocija o intensifica en los intercambios sutiles, menos obvios y deliberadamente intangibles, en algún suave ping pong de señales y palabras.
Hoy por hoy me siento descansado con esta resolución. También algo pastrulo. Me he levantado tarde, he comido un par de milanesas fabulosas, me he tomado dos copas de fernet y ahora en la tarde vi ¡Qué he hecho yo para merecer esto!! Qué interesante Carmen Maura.
Seguro esto ya lo sabe todo el mundo y quizás ese es mi mayor atractivo: ser totalmente inexperto.
Ayer volví a darme con una servilleta. Hice un dibujo y propuse dos títulos.
(Yo debería saber bien el francés.)
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