
La prehistoria (yo plagio) duró mucho más de lo que se piensa, entre épocas buenas y otras en que escaseaba el trago. Los hombres se acompañaban todos los días. Vivieron muchos siglos antes de las películas mudas, la posibilidad de reír en grupos gigantes y las ciudades llenas de luz; muchos años antes del humor del humo en la neblina; muchos días antes de la generosidad.
Quizás antes los hombres sencillamente caminaban la calle desierta en camisa, bebían indistintamente de las mujeres o las fuentes. Quizás, rendido, tu único deseo moderno debiera ser volverte un hombre clemente, un señor prospero e incoherente que algún día gobierne la llanura y se entretenga con las hijas de los pastores mientras ve degollar a las cabras.
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