
Ante la mirada triste de su pueblo, David declamó a las puertas del palacio: 'Saúl, no por haber tomado la vida de Goliat, sino por haberlo despojado de su audacia y haberla traído encendida a las puertas de este reino, es que merezco el vientre de tu esposa'.
Ezequiel 18:3
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