sábado, 2 de febrero de 2008

Vape Mat

Desarrollé este verano el gusto sistemático por el asesinato cruel. Ay, me regodeo.

Abro mis ventanas a las 5 de la tarde y ventilo. Colmo mi cuarto (sí, tal cubo y mío) con aire templado de verano. Hay que aprovechar los pocos meses en que el abrir las ventanas no implica dejar entrar una nube. Pienso cojudeces y me pasa por la cabeza la frase "Sueño de una noche de verano". A veces en ingles: "Mid summer night's dream".

Como a las 10 las cierro, enciendo las luces y veo si pesqué algo: escruto las esquinas, veo tras los muebles. Normalmente tengo unos 3, los buenos días 4 o más.

Luego viene lo bueno (lo morboso): conecto el vape y me pongo, digamos, a leer. En esos momentos en que uno descansa tras una página intensa, o en cualquier momento, o tras un bostezo, echo una mirada. Pobres, ya no vuelan bien, los vez aturdidos planeando borrachos, cayéndose a veces. El martes uno se estrelló contra mi cara moribundo. Casi me trago al puto.

Holocausto de mosquitos.

Mi mamá cuenta que se viene el dengue, pero mi mamá también se equivoca.

No hay comentarios: