martes, 27 de noviembre de 2007

Bello aliento lucky strike (y aretito)


Llegamos al jardín con el fin de la noche. Habíamos caminado varias horas junto al barranco. Aposté al azar mis pies y establecí nuestro cubil en una depresión semilunar de la grama de tal modo que estuviésemos abrigados del viento. No estimaré gracias: estábamos borrachos.

Le entregué camuflada la primera margarita. Con destreza la coloqué sobre su lengua. (Artificiosa es la técnica de envenenar al contrincante.) Ella la mordió alelada, y crepitaron los pétalos, ocres. No esperaba la torsión súbita de su cara en la mueca encantada que no pudo controlar.

Se diluía la masa burda en su garganta y así fue cambiando su mirada hasta que encerró la irrefutable expresión del agradecimiento. Entonces no supe si era conchudo hacerle esto, pero le brillaron los ojos cuando me acerqué. La pude ahogar solamente unos instantes templándole el pelo con las manos, crujiendo las bocas, antes de detenerme harto del humo entre sus dientes.

Después la encontré toda e inmóvil. (Noté que por un instante había perdido todas las defensas.) Sus ojos se hinchaban como la garganta de un sapo y cantó unas palabras que discretamente, escapadas del velo de su cuello claro, se perdieron entre lisuras en la longitud de la aurora.


Satisfecho con la victoria alcancé la bolsa nuevamente para extraer otra galleta. En mi ambición desmedida subyacía de antemano el fracaso: cometía el error de querer repetir dos veces la misma conquista.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Estoy cagado



Esta puede ser la foto más sórdida y chévere que vi en mi vida.


domingo, 18 de noviembre de 2007

The Nosferatu (caleta)

Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
"Sir," said I, "or Vampire, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, thirsty to my chamber door,
That I scarce was sure I heard you", here I opened wide the door;
Light was there, and nothing more.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Observación demasiado próxima de escaparate y televisores detrás

La recepción pálida de los colores me condujo a examinar la misma materia de esta luna (vista otra vez hoy, meses después), su atributo de lente y su cualidad soberbia de escudo.

Pero de ella surgían aún disímiles semánticas. Pero de ella otra vez emergían nuevas oportunidades cardinales.

De tu cara y tu letargo gris, de tus ojeras ha comenzado la travesía. Un punto de iris trasladado magnéticamente a través de la arena fundida. Un punto imaginario de aire publicitario y coludido. Deberás saber de antemano que no hay razón y es casi un crimen detenerse pocos segundos contra un escaparate. Se podrá entender que no bebiste el café por la mañana. Aférrate después de todo el cuerpo a tu corbata. Deja que tu alma retumbe. Un panel de vidrio ha contenido tu organismo y tu mirada y a tu alrededor la gente se abalanza como el río Surco. (Como el río Rimac tú deberás perpetuarte en tus ojos.)

Pues, tal como la vez anterior, todos se detienen a empaparse del escándalo:

Alguien se para como un niño, estupefacto frente al paraíso/
Alguien se estampó como un niño, idiota contra al paraíso.

Hoy lo sé. Este vidrio es rincón de masas; alucinado pórtico del sueño. No hay una tierra guarecida detrás. Pero aquella vez la canción terminó con la finta ágil de una nube. Viéndome en el espejo súbito que hicieron de mi portal unos rayos en él reflejados me descubrí desmejorado y gritando, torcido como un olivo.

Nada pudo distraerme otra vez de mi mismo y mi pobreza.

El atardecer, el verano o los coleópteros

Cuando moría el sol, morían también las escolopendras. Se limpiaban de las derrumbadas hojas amarillas que sumadas obtienen la hojarasca. En cada lóbulo el otoño adornó una calle con déficit de ornato municipal y los escasos vientos que no se atreven más que a evadir los objetos. El idilio terminaba avanzado el año. En la costa siempre había después el viento que no te imaginabas.

No te limites a mirarme sola e inmensa como si fueras un bosque.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Acoso sexual de lejos y con mucho amor

Nos encontramos en un parque. Yo la había tasado antes en la bodega mientras compraba cervezas grandes. Yo buscaba algo de comer pero había encontrado algo para mirar (y esa es sólo otra forma de alimentarse). Tenía un pelaso, como el que por primera vez me hizo notar que era un atributo tan importante.

Tu aretito, pensé, me hace la de la brújula loca, mientras empezaba a distinguir sus colores. Después nos cruzamos por ninguna casualidad. Qué me miras, con los ojos, no movió los labios.

Y quise resumir lo que sentía, pero fui descomunalmente frik:

Como Meursault en la playa, pero más filin y sin el cura después (quiero ser tu amigo con beneficios).

Ella se rió.