domingo, 11 de noviembre de 2007

Acoso sexual de lejos y con mucho amor

Nos encontramos en un parque. Yo la había tasado antes en la bodega mientras compraba cervezas grandes. Yo buscaba algo de comer pero había encontrado algo para mirar (y esa es sólo otra forma de alimentarse). Tenía un pelaso, como el que por primera vez me hizo notar que era un atributo tan importante.

Tu aretito, pensé, me hace la de la brújula loca, mientras empezaba a distinguir sus colores. Después nos cruzamos por ninguna casualidad. Qué me miras, con los ojos, no movió los labios.

Y quise resumir lo que sentía, pero fui descomunalmente frik:

Como Meursault en la playa, pero más filin y sin el cura después (quiero ser tu amigo con beneficios).

Ella se rió.