lunes, 21 de abril de 2008

La ducha

Me yergo, ando, gruño o sonrío: la mañana está demasiado fría en la cocina, con luz artificial y la niebla contra las ventanas, esperándome. 6 am.

Desayuno temblando, la leche fría y el jugo frío, cabeceando. Aproximadamente: 10 minutos.

Me desnudo en el baño. Mis pies desprecian las losas heladas. Abro la llave de agua caliente: 5 minutos de tibia gloria, de tregua falsa.

Cierro la llave y tomo la toalla, me envuelvo rápido con ella, me hago un ovillo contra el frío. En este momento todo vuelve, los días pasados, todos vuelven, y los días futuros se avisoran.

Ningún llanto. Sólo quedo inmóvil, arropado e inmóvil un número no medido de minutos, sueño con prolongar la mentira (sobrevivir en la mentira).


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