sábado, 20 de septiembre de 2008

Luz artificial

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Si de pronto se descubriese alguno por esta senda andando, se descubriese en ella sin saber que es también suya y la más horrenda, sentiría aquella íntima soledad de los vigías. Admiraría un momento los faroles débiles, los charcos, preferiría esta pobre luz a la penumbra en los rincones. Y si en cambio lo supiese, pues daría lo mismo: ninguna linterna buena o mejor ni todos los neones de la noche iluminarán un corazón intruso que se aventure entre sus iguales.

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