Noche de jueves, ayer, que andaba yo mal abrigado. La avenida Nicolás de Piérola tuvo que ser más bonita, con su colegio San Luis. Nada como una madrugada puede descubrir la belleza en la mugre. Yo pienso en aquello, luego en aquel otro... entro por una puerta:
- Señora, ¿de que hay?
Luego veo como lo preparan. La habitación es sucia y el grupo de clientes completamente asqueroso. Me sirven y me siento en la barra, de espaldas a ellos. Al treparme al banco, siento como el pantalón se me baja, y el aire fresco. Pienso en aquello, luego en aquel otro... noto que francamente no me importa y continúo comiendo.
viernes, 11 de julio de 2008
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