domingo, 20 de julio de 2008

Esencia

Aprovecho el silencio esa tarde, o casi noche, después noche. Aprovecho el problema de conexión entre la computadora y los parlantes.

Salgo de mi cuarto y "oteo" el pasadizo oscuro, como si tuviera 100 metros o 150 metros de largo y no 5. Pero es necesario: existen las babozas que lo cruzan y si las pisas es como pisar un borrador que bajo tu peso, sorprendido, desprecia su cáscara y vierte todo su interior cremoso en la loseta. Francamente, he tenido un día dubitativo.

Entonces se oye desde mi cuarto un instante la canción, pero inmediatamente se apaga.

Continúo hasta el cuarto al final del pasadizo. Está la cama, está el sillón, está el espejo, las lámparas, los libros... Hoy pensé otra vez que asumo roles y eso no fue nuevo. Luego pensé que -concientes o no de ello- todos asumimos roles y que pueden ser similares o paralelos. Se me ocurrió que existe un repertorio bastante común y creo que quise un momento desligarme de él, pero ya no me parece tan posible como entonces.

Pensándolo, me miraba frente al espejo y en cierto rango desconocido, la impresión que tenía de mi mismo no dejaba de oscilar. Entonces se volvió a oir la música, 20 segundos y calló.

http://www.youtube.com/watch?v=HbQtI0vM9S4

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