sábado, 19 de enero de 2008

Fond but not in love

He descubierto una noche, otra noche, en realidad la noche del jueves, que la complicidad es una mafia sensual o coqueta que excede cómodamente el espacio y la música (los dos elementos necesarios para describirlo casi todo en nuestros tiempos).

Morir en un peaje no es su climax, tampoco poner una cabeza de caballo en tu cama. Eso lo hicieron nuestros predecesores y nosotros lo recordamos el domingo mientras holgadamente escribimos en boxer o saludablemente nos masturbamos. Mas bien la nueva mafia se regocija o intensifica en los intercambios sutiles, menos obvios y deliberadamente intangibles, en algún suave ping pong de señales y palabras.

Hoy por hoy me siento descansado con esta resolución. También algo pastrulo. Me he levantado tarde, he comido un par de milanesas fabulosas, me he tomado dos copas de fernet y ahora en la tarde vi ¡Qué he hecho yo para merecer esto!! Qué interesante Carmen Maura.

Seguro esto ya lo sabe todo el mundo y quizás ese es mi mayor atractivo: ser totalmente inexperto.

Ayer volví a darme con una servilleta. Hice un dibujo y propuse dos títulos.


(Yo debería saber bien el francés.)

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