domingo, 27 de enero de 2008

Te quiero hacer el amor (a la fuerza)

Loco es, loco como la total serenidad o loco como un lago alto de puna verde y sin viento, con pájaros que hablen quechua o se odien (fútil como meter una imitación pobre donde no cabe), conocer esas mujeres, pocas e insólitas, que simplemente provoca raptar, totalmente raptar, besar desnudas por horas y dulcemente inducir al sexo.

Voy conociendo dos en menos de dos semanas. Puede entenderse así: mi cabeza es lo que pasaría si funden el guión de Átame con La casa de cartón.

La nota rouge: "Yo no te raptaré por nada del mundo. Te necesito para ir a tu lado deseando raptarte."

No hay comentarios: