martes, 6 de mayo de 2008

Lucho reloaded

Luis, otra vez te reconozco. Eres fresco como el rábano crudo, y picante, pero dulce. Tus llagas no me alcanzan: yo prefiero el sopor de tu mirada.

Luis, tú eres endeble... ¡Yo lo sé! Y es por esto que en tremenda venganza nos oprimes. En ocasiones, la sucia noche con la grasa de tus pelos nos ahoga.

Luis, hermano, yo esperaba tus rigores,
Más no tantos.

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