domingo, 25 de mayo de 2008

Monólogo

Horas después de la mañana, sentado en una silla, tendido soy carne bajo el sol
en un jardín de hormigas.

Lejanamente recojo desde mi regazo un café que es negro como un espejo lo miro lo mezo y lo miro nuevamente es una dulce copa de brandy me influyo de su templanza redonda veo en él mi cara profunda una aureola se abriga en la circunferencia que le impone la taza casi prefigura un murmullo una queja henchida cuando yo lo miro nuevamente (ya cansado) analizo todos los habitantes de esta casa en su reflejo para luego decirme es sólo café negro y amplio como un espejo es sólo café negro y amplio como un espejo es sólo café negro y amplio como un espejo y dejarlo de lado un momento.

Al poco rato terco y fresco lejanamente recojo desde mi regazo una vez más mi café que es negro como un espejo lo miro lo mezo y lo miro nuevamente es una dulce copa de brandy me influyo de su templanza redonda veo en él mi cara profunda pero oscurecida y lo ridículo de mis párpados y la morbosidad en un hombre que se mata de risa.

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