domingo, 25 de enero de 2009

El divo confundido

1. El divo agarrotado







No tienes este cuerpo ni esta cara ni estos labios, pero cuando sueño los tienes. Por eso cuando sueño me acerco a este cuerpo tuyo imaginario y recojo tus pelos como si estuvieran cubiertos de mierda, y los beso. Así toda tu mierda me cubre, impúdica o fatal se desparrama toda tu hermosa mierda por mi boca y por mi cuello, como un alud de mierda embarra mi pecho, mis calzoncillos y mis medias… No sea secreto: en ocasiones he sabido ser contento algunas horas.





2. El divo alucinado







Me enteré por la mañana: Elton John y Madonna eran enemigos. Me di una ducha fría y después tomé el café, algo desganado, como quien bebe brea. La verdad había pensado que en una nueva ciudad podría ser un hombre grande. O una mujer de tamaño mediano en su defecto. Decidí tomar un paseo. Lloré junto a una negra gordísima en la esquina de la 81 con Broadway: habían atropellado un gato de angora. Corrí avergonzado 2 cuadras y tomé el subway. Bajé y subí las escaleras. Allí conocí a Phillipe. Estaba parado en la acera y se disponía a comprar unas zapatillas Nike.

Officer, ¡le juro que él me dio estas pastillas de colores!





3. El divo hiperestático







That’s why he beats you Joan, because he’s a beat poet.





4. El divo cosmpolita







En mis pies hay un aliento que no es el mío. Huele a Boeing 757, a Coca Cola Company. Cuando el air conditioning mengua todos tenemos el mismo corazón: mientras camino por esta rue sigo siendo el mismo. Avenue! Boulevard! Paseo de la conquista! Zaguán! Quai! Emirato! North atlantic structured revenues: beware of the military-industrial complex! Golden coast! Shangai and Brecht! Space rock! Nouvelle roman! Es sólo que ahora vivo en esta costa, ¿realizas?





5. El divo duplicado








Tú y todo lo demás y por eso mismo tú y nadie más. Envueltas en este mar y la electricidad que electrocuta a los hombres como tú y ninguno más, viven tus extrañas bifurcaciones. Por siempre: como facsímiles azules y fríos o grises y calientes de ti mismo. Los veremos un viernes, por ejemplo, después del atardecer, tomando un café en cualquiera de los cafés que solemos frecuentar.







No hay comentarios: