viernes, 6 de febrero de 2009

Gary sin los drugos




A Gary le dicen Gari, que suena o se lee mucho más ruso que Gary. Al menos al ojo le suena.

Gary prefiere que le digan Gari porque prefiere imaginarse en San Petersburgo que en Londres, porque su verdadero sueño es dormir en una carpa, abrigado en L'Hermitage entre salones silenciosos con extraños matices o Matisses y esos fantasmas rancios de campesinos o nómades brutos que podrían devorarlo, y no en una carpa humedecida por «that goddam fog», demasiado cerca del Támesis.

Así que Gary vive intranquilo, pues la recesión mundial, una mujer huraña y el pago de una puta hipoteca lo han condenado a su estadía londinense. Y el problema de fondo no es ese, el problema de fondo es que Gary –o Gari– ignora su verdadero problema: ¡se ha equivocado de tono de base!




WTF?





¡Ay por dios, que le echen una mortaja de una vez por todas! ¿Realizas?




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