lunes, 16 de febrero de 2009

Me copio y floreo (vamos a vender cremitas)







Si existe la miseria y tiene como una de sus consecuencias disolver cierta libertad, mental y no siempre física, y si esta miseria es la total inmersión en el hambre, la pobreza y conduce -no con pocas excepciones- a la conformación de un corazón llano y estéril. Si la expresión libre y creativa, de pronto artística, aquella que mueve el universo, lo diseña, lo articula, faculta la ciencia, la técnica, sostiene la verdadera soledad, la verdadera ira, el cómico amor, se construye sobre esta libertad que la miseria socava, en sus conciencias, contradicciones, en sus patetismos, vacíos y desencuentros, y si debemos aceptar que esta miseria florece en una estirpe particular de seres, indistintamente extraviados o convencionales, entonces se funda la única posibilidad de una justificación verdadera de la responsabilidad: sólo aquella que pueda contribuir a liberarlos.





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