martes, 25 de noviembre de 2008

La aduana



Mi vida está viajando como un borracho en un avión de Sydney a Santiago y la azafata no quiere darle más whisky. Junto a ella mi corazón está corrupto, es un ojo de vaca, es un tornillo. Y si yo lo exprimo para quererlo y si yo lo odio para callarlo o si lo estiro y si por esto se para, no tendré que arreglarlo nunca más.








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