miércoles, 19 de noviembre de 2008

Preámbulo a la muerte de María










Y después del tortuoso camino de los años, Esaú descubrió súbitamente que lo que habitaba en el seno de ese cuerpecillo atormentado era el alma de una niña de 8 años. Entonces esa mañana, una soleada mañana como cualquier otra frente al templo de David, miróla a los ojos y exclamó, azuzándola: “¡María, María, seréis desde este momento liberada de bigotes, escasez, tristeza y celulitis!”


Ezequiel 9:23

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