viernes, 27 de marzo de 2009

Despegar en Iggy Pop












Morir asido a una dura garganta en la silenciosa espuma del follaje.
Comenzar, escapar. Utilizar su aliento como un látigo y un par de jeans pequeñísimos para encender la ingle. Un polo cuello v, un blazer entallado: dirigirnos muy retro hasta la cámara mortuoria, abrazarlo, encontrar al amado Iggy fallecido, luego principiar el viaje alucinado de los pámpanos y el sueño.

Morir en un cuerpo embellecido por la más remota nieve.
Entender la vida como un descanso y no esperar nada de la alegría salvo ella misma (la sensación misma). Pensar en la muerte como la consecuencia inevitable del éxito. Doblar el cuerpo, ser una grulla, ser la grulla, ser un artrópodo en llamas que esta noche buscara todo lo que quiere y obtendrá todo lo que necesita.

Sólo entonces sabernos dueños de la técnica.













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