jueves, 5 de marzo de 2009

Ser y no ser la barbie








Ella me dijo Claro, de eso se trata, ¿si no cuál es el chiste? Pero yo no tenía la más puta idea, y yo había jugado con cientos de muñecos y cientos de veces. Siempre me aburrí y así dejé rápidamente los juguetes por los libros y por eso cuando nunca había ido al colegio ya sabía quienes eran, tan lejanos, Siddharta y Pipino, el Breve. Yo había sido un niño que jugó por inercia durante años y jamás lo supo. Así como un adulto que es un adulto simplemente porque debe serlo, y trabaja y es serio y se ríe cuando es aceptable reírse y dice lo que es aceptable decir, yo era un niño que jugaba porque los niños juegan.

Tuve que aprender hoy que cuando uno juega, uno es parte de lo que juega. Ahora pienso que en eso habría estado todo el placer: en el acto de proyección. Me explicó La barbie no tiene personalidad, la barbie eres tú. La barbie recoge tu estilo y se convierte en ti, sólo que es más flaca, más bonita y rubia. Me quedé huevón. Es por eso que hay tantas barbies, por eso tantos accesorios... [risas] en cambio a ustedes les dan un sólo muñeco asesino y todos están contentos. Yo no me había sorprendido tanto en mucho tiempo. No pude evitar reírme, sonreírme, deslumbrarme. No había sabido que cuando cogí ese caballero del zodiaco que me regaló mi papá por navidad debía ser yo quien derrotara al caballero de Virgo de mi hermano, yo y no Seiya.





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